Ataques de ansiedad, bye. Resiliencia, ¡hola!
Cómo tu respiración puede convertirse en la clave inesperada para dominar el estrés
Recuerdo manejar de regreso del trabajo a las 10 de la noche después de un día caótico. Creía haber terminado, pero justo entonces me avisaron que habían más patines perdidos en una colonia peligrosa del centro. En ese instante sentí una avalancha de ansiedad. Mi visión comenzó a nublarse, grité, hiperventilé y tuve que detener el coche por miedo a chocar. Quedé paralizado durante 15 minutos intentando recuperar el control. Así fue uno de muchos ataques de ansiedad que he vivido. Este fue de los primeros más fuertes que he tenido y sucedió durante los primeros meses de lanzar Grin en CDMX y crecer 10000X para lograr las metas que nos puso YC.
¿Qué pasa en tu cuerpo durante un ataque de pánico o ansiedad?
Tu amígdala, encargada de regular el miedo, detecta peligro y activa tu sistema nervioso simpático, conocido como "luchar o huir". Esto libera adrenalina y cortisol, acelerando tu corazón y respiración. Al hiperventilar, eliminas demasiado CO2, elevando el pH de tu sangre. Esto impide que tus células liberen oxígeno de manera efectiva (efecto Bohr), privándote de energía para pensar claramente o moverte, y congelándote.

Ataques de ansiedad y estrés
Si alguna vez has sufrido un ataque de ansiedad o pánico, quiero que sepas que no estás solo: aproximadamente una de cada ocho personas los experimentará en algún momento de su vida. Aunque esta reacción del cuerpo es natural y está diseñada para protegernos en situaciones de peligro, hoy en día enfrentamos tipos de estrés muy diferentes a los de nuestros ancestros. Es fundamental reconocer cuándo ocurren estos ataques y entender sus causas, pero sobre todo desarrollar la capacidad de resiliencia que nos permita afrontarlos y prevenirlos efectivamente.
¿Por qué la respiración es tu mejor arma contra la ansiedad?
Respirar es el control remoto de tu sistema nervioso. Si practicas conscientemente respiración diafragmática y lenta, reduces las señales de la amígdala y activas el córtex prefrontal, encargado de pensar, razonar y gestionar emociones. También activas el sistema nervioso parasimpático, responsable de la calma y relajación.
Tu diafragma está conectado directamente al nervio vago, esencial para relajar tu cuerpo. Al inhalar, tu corazón se acelera ligeramente; al exhalar lentamente, tu corazón se ralentiza, induciendo relajación automática. Este fenómeno se llama arritmia sinusal respiratoria, crucial para la regulación emocional.

Respiración como herramienta de resiliencia
No solo puedes calmar un ataque en minutos, sino que con práctica constante puedes prevenir futuros episodios. Un estudio realizado con 120 participantes examinó cómo diferentes patrones de respiración afectaban su manejo del estrés. La mitad de los participantes practicaron respiración diafragmática regular durante dos semanas, mientras que la otra mitad mantuvo su rutina habitual. Los resultados fueron sorprendentes: el grupo que realizó respiración regular mostró niveles significativamente más bajos de cortisol y reportó una mayor capacidad de resiliencia y menor percepción de estrés en comparación con el grupo control.
Próximamente: Lanzaré mi primera aplicación especializada en técnicas de respiración para controlar ataques de ansiedad y aumentar tu resiliencia, porque yo mismo he estado allí. Programada enteramente por mí, estoy muy orgulloso de compartirla contigo.
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Nota: Este artículo está basado en estudios científicos y experiencia personal. No soy médico; siempre consulta con un profesional de salud mental en caso de crisis.
Referencias y bibliografía
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Jerath, R., Edry, J. W., Barnes, V. A., & Jerath, V. (2015). Respiración diafragmática y regulación emocional. Frontiers in Psychology, 6, 547.
Telles, S., & Sharma, S. K. (2023). Respiración y resiliencia al estrés. Frontiers in Human Neuroscience, 17, 145-152.